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EL ARTE DETRÁS DE LA RE-UTILIZACIÓN

Comenzamos un nuevo año, y nos re-planteamos modalidades, funciones, necesidades y deseos. Ya pasadas las clásicas vacaciones de verano (ya sean físicas y/o mentales), nos adentramos en un 2021 repleto de cuestionamientos, fricciones y cambios que comienzan a tangibilizarse y masificarse.

Estos cambios (que, venido al caso, quienes trabajamos con tendencias veníamos esperando con ansias hace mucho tiempo) denotan que las sociedades latinoamericanas están cada vez más listas para la nueva revolución política y socio-económica.

Se estarán preguntando… María, ¿esto qué tiene que ver con la moda y la vestimenta?

Y aquí estoy para acompañarl@s en ese camino de comprender de forma consciente el por qué de nuestra necesidad de cambio, que parece desesperado y repentino, pero doy fe que se viene gestando hace ya años (por no decir décadas).

Recuerdan cómo el año pasado en una de las primera notas que escribí para Roomie, hablábamos sobre patrones repetitivos y la vuelta de los 60s. Bueno, ha llegado la hora de hacer realidad los sueños de toda esa generación que intentó avisarnos que el camino del capitalismo y su producción y consumo desmedidos no eran una buena idea.

Más de 50 años después de que el sistema opresor y generador de adicciones acallara a esta revolución, hoy, la retomamos.

Y con esto, mi recomendación e idea no es que actuemos desde la culpa y el arrepentimiento. Lo hecho, hecho está. De nada sirve obsesionarnos con ‘todo lo que hicimos mal como humanidad’ si no estamos dispuest@s a cambiar nuestro sistema de necesidades y confortabilidad.

Si en los años 60s la revolución no fue exitosa, la explicación yace en que la sociedad global no estaba lista para esto.

Aquell@s quienes se anteponen a las necesidades y deseos de las masas son quienes en el famoso ‘Ciclo de Innovación’ conocemos como Innovadores & Pioneros. No obstante, imposible sería que una necesidad/deseo se masifique si no corresponde a la percepción y sensación contemporánea de las masas.

Ahora bien, luego de más de 50 años, la masa ya está lista y ha comenzado a ser consciente de la destrucción ambiental provocada por el ser humano. La industria de moda es considerada no sólo funcional al sistema sino también una de las más contaminantes a nivel mundial.

Tuvimos que esperar a que se derrumbe la naturaleza frente a nuestros ojos para tomar consciencia del cambio necesario y de nuestro rol en este proceso.

¿Cómo repercute esto en la industria de moda? Si me preguntan a mi, a largo plazo y hablando desde el pleno deseo y utopía, el sistema que sostiene a la moda tal y como la conocemos va a morir.

Pero, antes de que esto suceda, existen otras alternativas que permiten que el cambio no sea tan abrasivo y pueda ser periódico y disfrutable en el propio camino.

Vamos dejando en el olvido ciertos tabúes sobre el consumo y la vestimenta, como ‘el rechazo o asco por usar ropa que usó alguien más (y no sabemos quien)’, y la ‘necesidad de vestir todos los días de forma diferente, con ropa diferente’. Dos ideas que nos ha costado borrar del colectivo argentino, pero lo vamos logrando poco a poco.

Entonces, nos enfocamos en 3 conceptos primordiales a la hora de comprender el trasfondo de la re-utilización en moda y sus consecuencias.

Lo VINTAGE se hace masivo. Cada vez rompemos más los tabúes sobre la ropa vieja y alguna vez usada. Mientras que hace algunos años a muchos les daba ‘asco’ comprar algo que había sido usado por desconocid@s, hoy abrimos la cabeza y nos atraen los elementos que portan una historia única. Una historia que representa a una generación y que nos representa de forma colectiva y ancestral. Lo VINTAGE tiene un valor agregado que no hay prenda que lo pueda igualar por más nueva, de marca o costosa que sea. Además, no hay nada más sustentable que usar prendas que ya existen en vez de producir nuevas.

Y acá conectamos con el segundo punto: la PERSONALIZACIÓN.

Muchas veces necesitamos productos que nos representen en el AQUÍ y AHORA, y eso no podemos encontrarlo en un producto que ya tiene su propia historia y contexto. Así y todo, no hay excusa para ir a por algo nuevo. La PERSONALIZACIÓN nos permite encontrar placer en intervenir nuestras prendas, en ser parte del proceso creativo. Así es como le damos un toque creativo personal a prendas que, al no estar nuevas, nos animamos a customizar sin miedo a ‘arruinar’ algo nuevo.

Por último, lo que nos vincula emocionalmente con la RE-UTILIZACIÓN es la NOSTALGIA. Todo aquello que nos remita al pasado nos genera atracción e inspiración. Ansiamos volver a épocas mejores e idealizadas. Todavía seguimos con incertidumbre sobre el presente y miedos sobre el futuro, y lo único que nos da tranquilidad y seguridad es el pasado.

Entonces, la RE-UTILIZACIÓN invita a re-significar la moda de manera consciente y proyectando un futuro que sea incluso mejor al pasado que ya conocemos.

Posted by María Blardone. Comunicadora de moda y asesora de imagen, especializada en análisis y predicción de tendencias.

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