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EL CULTO AL INDIVIDUALISMO DETRÁS DE LOS GUANTES

Este 2021 retomamos diferentes tipologías y prendas, e implementamos la ironía conceptual como herramienta de re-significación.

Los guantes son unos de esos accesorios que forman parte de este grupo de tendencias que reviven de una forma disruptiva y novedosa.

La humanidad y sus respectivas organizaciones sociales se rigen a partir de la historia misma ancestral, en donde los símbolos estructuran nuestras formas de percibir y de pensar al mundo. La vestimenta siempre fue parte de un lenguaje implícito en el que la simbología y las metáforas respondieron y ayudaron a propagar determinados mensajes psico-sociales. 

No podemos desapegarnos de estas historias y simbolismos que estructuran nuestra percepción sobre la realidad, pero sí podemos tomar esas historias y re-significarlas a raíz de la mentalidad cotidiana.

Así como con los corsets y el puritanismo, los guantes de vestir son otro elemento clásico y antiguo que retomamos y reutilizamos dándole una nueva comprensión y marco teórico social.

Dejamos de asociarlos al lujo, a lo opulento y a lo ‘antiguo’. 

El guante ha comenzado a hacerse su propio lugar, dentro de la industria.

A partir de la re-significación de los mismos, las manos y su estética asociada entra en crisis, y así encontraremos dos extremos, quienes den importancia a los guantes, y quienes lo hagan a las manos.

Generalmente, durante las últimas décadas, asociamos los guante a una funcionalidad elemental, en donde la belleza estética no prima, sino la protección. Post-pandemia la fobia ante el contagio es lo que nos motivó a volver a incluirnos a diario en nuestras vidas.

Todavía existe un extremo social que busca el aislamiento táctil de forma desesperada, en donde el control parezca estar en nuestras manos. 

Esta protección y necesidad de control se disfrazan mediante el uso de guantes que escondan nuestras más preciadas manos, que son aquellas herramientas que nos permiten estar conectad@s con el mundo exterior, comunicarnos y, sobre todo, sentirlo.

De este modo, los guantes conforman el gran simbolismo detrás del camuflaje del cuerpo que tanto venía creciendo como tendencia desde 2018.

Este camuflaje puede ser comprendido desde dos aristas diferentes. 

La primera encarna al camuflaje como protección que nos aísle del afuera considerado una amenaza para nuestra salud y desarrollo psico-social. 

La segunda representa esa continua búsqueda de identidad individual y generacional, y para ello la experimentación acompañada del disfraz son piezas fundamentales del juego del descubrimiento identitario. 

Ambos extremos se enfocan en el individualismo por sobre lo comunitario.

Cada una de las tendencias que representen al año 2021, tenderá a representar a uno de estos extremos, porque esta es la puja identitaria que concierne a la sociedad de hoy día.

¿Debemos sumergirnos en los grupos de pertenencia, volver a conectar con ellos y con el entendimiento holístico y sistémico del mundo? O, ¿debemos primero concentrarnos en encontrar quiénes somos para poder vincularnos con el mundo desde lo sincero y consciente?

Los guantes como tendencia apoyan el encuentro individualista, ya sea desde el miedo o desde el placer puro de la experimentación. 

Posted by María Blardone. Comunicadora de moda y asesora de imagen, especializada en análisis y predicción de tendencias.

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