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EL PASADO COMO IMPULSO Y MOTOR DE CAMBIO

A raíz de esta contradicción interna y generacional que vivimos a diario, se nos presenta ante nuestros ojos la posibilidad de transformarnos.

No obstante, la transformación viene acompañada de un proceso específico en el que viejos esquemas y sistemas deben destruirse con el fin de ser reemplazados por nuevos.

La experimentación es parte fundamental de este proceso de cambio.

Hay quienes eligen experimentar con el cuerpo, desde el exterior, desde lo sensorial y abrasivo; mientras que existe otro grupo destacado que realiza su búsqueda experimental de identidad a través de procesos y estímulos introspectivos.

El segundo grupo es el que da lugar al nacimiento de esta ideología y valores como tendencias.

Estos valoran el pasado como ideal, entienden que las formas primitivas y artesanales de vincularse con la naturaleza son mejores tanto para el medio ambiente como para nuestra salud mental y física.

Necesitamos encontrarnos con nuestra verdadera esencia para comprenderla, aceptarla y así transformarnos.

De este modo, el foco se centra en la conexión tanto intra como interpersonal. Esta forma de percibirnos y vincularnos, nos motiva al sentirnos parte de algo más grande. Al adherir al rescate de viejas prácticas y sistemas olvidados, nos sentimos trascendentales e influyentes tanto sobre nuestra historia como sobre nuestros grupos.

Por ende, comenzamos a realizar un proceso de auto-conocimiento en pos de una conexión sincera y valiosa para con todo lo que nos rodea.

Esto se traduce también a lo que esperamos de nuestro entorno. Por eso, no es casual que todo aquello que nos remita a la conexión, a la transparencia, a la personalización, sea un atractivo para nosotr@s.

En la mayoría de los casos, se busca una conexión perdida con la naturaleza, en donde el respeto y la fusión entre el ser humano y el planeta son fundamentales.

Se intenta volver al pasado, a ese inicio de los tiempos experimental, artesanal, primitivo y comunal.

Como usuari@s demandamos un cambio en el modo en que la industria capitalista funciona, e intentamos apoyar nuevos tipos de negocios, emprendimientos y diseñadores, que sentimos cercanos y similares a nosotr@s.

Las grandes corporaciones se alejan cada vez más de esta búsqueda trascendental, en donde el consumo no es el principal objetivo, más bien nuestra satisfacción como seres individuales y, a la vez, colectivos.

Re-formulamos nuestras escalas de valores. Nos replanteamos qué es lo fundamental en nuestras vidas para ser felices y sentirnos satisfech@s.

Así, se caen sistemas modernos para ser reemplazados por la re-significación de sistemas más antiguos, más primitivos, más rurales y más artesanales.

Comunidades olvidadas nos invitan a probar sus curas, sus rituales y sus costumbres que les han permitido construir una relación más amena y equitativa para con la naturaleza.

Posted by María Blardone. Comunicadora de moda y asesora de imagen.

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