Tendencias

LA LIBERTAD Y LA UTOPÍA A TRAVÉS DE ESTAMPADOS Y BORDADOS

En mayo, seguimos adentrándonos en micro-tendencias, tendencias que podemos ver y tocar, pero que refieren a necesidades y deseos profundamente socio-culturales.

¿No les parece un tanto extraña la infantilización de la vestimenta e imagen?

Hoy, nos meteremos de lleno en su simbolismo y necesidad de trasfondo. ¿Por qué una sociedad adulta desea volver a la niñez?

Continuamos aferrad@s al pasado, a tiempos mejores que recordamos subjetivamente como idílicos. El problema del recuerdo es que nunca es real. Nos olvidamos del existente mecanismo de la represión, que nos permite recordar lo óptimo, y abandonar lo traumático. 

Ya varias veces mencionamos el peligro de la utopía a la hora de proyectar una construcción a futuro. Acá sucede lo mismo, nuestra visión sobre el pasado está sesgada porque tendemos a creer que siempre el pasado fue mejor, mientras que el futuro es pura incertidumbre.

Tanto desde la utopía como desde búsqueda de identidad propia, la niñez pesa a la hora de manifestarnos a través de la vestimenta.

Luego de habernos identificado con nuestra historia y nuestro grupo de pertenencia, es momento de descubrir nuestra identidad única y personal, tal y como cuando éramos niñ@s y entrenamos el auto-conocimiento.

De esta forma, emprendemos un viaje al pasado, a re-vivir secuencias, cuentos, mitos y experiencias que creíamos olvidadas, y las re-valoramos desde una mirada adulta.

Encontramos un nuevo valor en los bordados y los estampados aniñados, sin necesidad de tener menos de 12 años para sentir el permiso de usarlos.

Los bordados son los que, principalmente, dan vida a historias que nos marcaron en nuestra infancia. Desde esos mitos o frases que nos quedaron grabadas en el inconsciente, hasta esos pequeños dibujos que nos retrotraen a prendas que utilizábamos cuando éramos más chic@s.

Añoramos la infancia por su correlación con la sensación de libertad. No por la falta de reglas, sino por la falta de obligaciones y responsabilidades. Deseamos ser libres, sin prejuicios ni consecuencias. 

Nos sentimos atrapad@s en una realidad sistemática y sin salida, donde el consumo parece ser un alivio aparente para calmar las ansiedades y las penas, penas que arrastramos desde aquella infancia que jamás logramos vivir con plenitud.

Anhelamos la fantasía y el optimismo. Continuamos en búsqueda desesperada de estímulos que nos permitan la desconexión, que nos permitan la ilusión, y que construyan un futuro utópico y esperanzador, por más irreal que este sea. 

Toda este deseo por revivir la fantasía en la que alguna vez creímos, lo expresamos a través de nuestras elecciones de vestimenta.

Seguimos rompiendo las reglas, y desafiando los límites que nos hicieron creer que debíamos respetar por simplemente corresponder a un grupo etario. 

Como adult@s volvemos a usar bordados infantiles llenos de color y flores, estampados liberty que hacen alusión a la libertad que estamos anhelando, y dibujos aniñados que nos retrotraen a aquellos que consumíamos hace ya años.

Entendemos que la vestimenta puede seguir cumpliendo su función de disfraz, y que así como nos animábamos a salir disfrazad@s a la calle a los 5 años, hoy, podemos seguir haciéndolo y no hay nada que nos lo impida, sólo nuestra necesidad desesperada por pertenecer.

Posted by María Blardone. Comunicadora de moda y asesora de imagen, especializada en análisis y predicción de tendencias.

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