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LA PROTECCIÓN ADAPTADA A LA PRIMAVERA-VERANO

Como derivado de la vuelta de la androginia en la moda, las prendas que originalmente fueron masculinas comienzan a hacerse cada vez más populares. 

Nos olvidamos del género asociado a determinados símbolos e historia de las tipologías y desdibujamos ciertos límites que ya no nos representan.

El traje fue el primer indicio de esta transformación en el vestir, y en verano y primavera lo adaptamos a los chalecos.

Incluso, el chaleco hace su re-aparición por otros motivos como la comodidad y necesidad de ropa utilitaria y multi-uso.

La ropa utilitaria es fundamental en una era en la que la protección prima, así como el deseo por la ligereza y practicidad. Buscamos prendas que nos permitan ir libres, sin cargar con bolsos o carteras que impidan la libre movilidad, pero que preserven nuestra comodidad y satisfagan la necesidad de llevar determinados elementos con nosotr@s que nos representan y facilitan la vuelta a la vida social y en las calles.

Nos concentramos en la importancia que ponemos en la comodidad. Y, esto viene de la mano de una afición por la movilidad libre, por sentirnos que no hay nada que nos ate y limite el movimiento de nuestro cuerpo.

Así, vuelven los chalecos que no reducen el movimiento de nuestros brazos.

En primavera y verano, no tenemos la opción de llevar abrigos con bolsillos en donde podemos guardar objetos. Por ende, el chaleco utilitario con múltiples espacios de guardado pasa a convertirse en una prenda fundamental e ideal para nuestra satisfacción inmediata.

Por otro lado, el chaleco, también, se asocia a las armaduras que protegen la parte más importante del cuerpo, en donde guardamos todos aquellos órganos vitales para nuestra supervivencia.

En esta era post-apocalíptica el enfoque en la protección y seguir sobreviviendo son primordiales.

La protección nos atraviesa pero, a su vez, necesitamos cierta comodidad para nuestra rutina. Buscamos ese equilibrio entre el pasado y el futuro que deseamos construir, un balance entre la estructura que ya conocemos y la flexibilidad que precisamos para edificar algo novedoso y diferente a lo que ya ha caducado.

No sólo necesitamos movilidad de forma literal para sentirnos libres, sino de forma abstracta y metafórica. 

Adaptarse, mutar y transformarse para esta supervivencia. 

El retorno del chaleco representa ligereza y flexibilidad que nos permita adaptarnos al futuro por venir que construimos luego de esta crisis.

Nota por María Blardone. Comunicadora de moda y asesora de imagen, especializada en análisis y predicción de tendencias

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