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LOS FRUNCES Y PLIEGUES SON LA ENCARNACIÓN POPULAR DE LOS NUEVOS PARÁMETROS DE BELLEZA

El 2020 es tan solo el comienzo de un cambio de era; y previo a todo gran cambio hay grandes crisis. Las crisis generan incertidumbres que abarcan todos los aspectos de nuestras vidas, incluso esos conceptos tan arraigados a la cultura y sociedad en la que vivimos. El entendimiento de la belleza es uno de esos conceptos en juego, al igual que todo el sistema en el que vivimos.

El concepto de belleza es un constructo socio-cultural que va fluctuando a medida que los paradigmas se renuevan. Aquello que los medios denominan como “normal” o “natural” es lo que da la bajada de línea catalogando qué es bello y qué es feo para nuestra sociedad.

Hoy en día, la naturaleza libre y descontrolada se asienta en los nichos.

Lo natural es imperfecto porque la perfección no existe. Pero, ¿qué es lo perfecto? Algo liso, sin fallas, simétrico… Todas esas acepciones nos limitaron nuestro entendimiento sobre la belleza. Esta década se caracteriza por el desarraigo de ese intento útopico de alcanzar la perfección.

Lo bello genera placer. O será que lo que nos remite al placer nos parece bello.

Backstage de Wanda Nylon S/S 17

Backstage de Wanda Nylon S/S 17

Comenzamos a encontrar el placer en la re-conexión con la naturaleza y en el abandono de esa necesidad de control del ser humano. La naturaleza es bella en su imperfección. Por ende, todo lo que nos remita a ella lo vamos a encontrar estético, referencial y placentero, incluso aunque sea invasivo.

Este nuevo entendimiento de la naturaleza “al natural” introduce nuevos colores, estéticas, texturas, composiciones… que en otro momento nos produjeron cierto rechazo debido a su imperfección tan provocadora.

Se busca la provocación a través de patrones sorpresivos, contrastes exagerados y combinaciones “anti-estéticas”. Lo que antes nos parecía estético ahora ya parece aburrido. La belleza se reversiona y renueva introduciendo nuevos parámetros estéticos que desafían los existentes.

Lo disruptivo se encuentra en la provocación mediante lo surreal. El surrealismo incluye deformidad, sexualidad y camuflaje. Estos tres elementos pueden ser asociados a la piel humana e irregularidad ‘imperfecta’.

La imperfección se transforma, así, en el estereotipo que de-construye el concepto de belleza tradicional. Su  gran símbolo se encuentra en la popular aceptación e integración de las pieles arrugadas como referencia estética.

¿Cómo veremos esta transformación en el diseño y la industria de moda? La inspiración se tangibilizará a través del uso de transparencias, frunces, pliegues y drapeados que al adherirse a los cuerpos se convierten  en segundas pieles que permiten la deformación simulada.

Este año los cambios, en todo sentido, se están haciendo notar a la fuerza. Abrazar la diversidad es la forma en que se seguirán desafiando los estándares de belleza. Este es el comienzo de una década en que aquellos límites, que responden a ciertos estereotipos y pre-conceptos, se disuelven.

Desde el año pasado, e incluso en el 2018, se comenzaron a construir las bases sobre las que la moda se erigiría en esta década. Pero, ¿cuál es esa predicción?

Como recordamos, las tendencias pueden detectarse años antes de expandirse globalmente. Para que una tendencia se instale en el mercado masivo, primero tiene que ser saturada por los nichos. Por ejemplo, esas ugly o dad sneakers que ya no son novedad, están presentes dentro de esa macro-tendencia que intenta corromper las reglas estéticas arbitrarias.

Alrededor del 2013, la moda high-end fue la fuerza mayor que impulsó un nuevo entendimiento de los conceptos de fealdad y belleza. Marcas como Vetements, Off-White, Yeezy, Balenciaga y Helmut Lang se han inspirado en lo disruptivo y controversial, colección tras colección. Sus provocativos diseños se combinan con elementos de grandes tendencias como la nostalgia, el camp, el arte conceptual y el uso de la ironía.

Este grupo de diseñadores, no sólo se nutren de morfologías asiáticas futuristas, si no también del espíritu belga de The Antwerp Six. La aparente contradicción de Futuro vs. Nostalgia converge de manera única. Las creaciones de Iris Van Herpen podrían ser un gran ejemplo al aplicar técnicas innovadoras para crear prendas perturbadoras y provocativas.

Ejemplos del estilo hay miles. La cuestión de fondo está en comprender que estas marcas y diseñadores están implementando nuevas formas de inspiración para construir distintos conceptos y percepciones sobre la belleza. Todavía es algo de nicho pero, no faltará mucho rato, para que esta nueva estética irrumpa en el mercado masivo.

Hace ya varias colecciones, empresas populares como Gucci emplean la fealdad como vital herramienta en la estrategia de comunicación. Esto es una señal de cómo se cuestionan estos estándares de belleza tradicionales, de forma masiva.

El atractivo por la deconstrucción japonesa que se divisa en occidente, también es señal de que la fealdad es la nueva belleza.

Hay una ironía en lo que creemos que es bello y lo que no. En esta década, la moda será depravada, invitándonos a abrir la mente hacia nuevas percepciones, entendimientos y representaciones de viejos constructos sociales.

A muchos los seguirá desconcertando; pero, como todo ciclo, en unos años todos nos veremos envueltos jugando con los límites -inexistentes- entre la fealdad y la belleza.

 

Posted by María Blardone. Estilista y asesora de imágen.

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