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ROPA QUE HABLA

Llegamos a la mitad del 2021, y la desesperación por hacernos escuchar luego de tanto encierro repetitivo se hace notar.

Cuando sentimos que ya nadie nos escucha, que nuestros mensajes son ignorados… no nos queda otra opción que decir nuestras necesidades a gritos, y por qué no, que esos gritos sean estampas que nos acompañan a diario.

De la mano de la personalización en la moda, llega el momento crucial en que l@s usuari@s y consumidores deciden que la intervención de sus prendas no sólo será estética sino explícita y trascendental. Cada día que pasa, vemos cómo nos amigamos con esa idea y necesidad de dejar mensajes escritos en toda superficie y plataforma que lo permita.

Y, ¿qué puede ser más fuerte que plasmar nuestra voz en palabras que, además, llevamos puestas en nuestro cuerpo? Palabras que enmarcan y acompañan nuestros movimientos con el fin de hacernos sentir escuchad@s, vist@s y representad@s.

Esta representación se fusiona con la necesidad de expresión y liberación, dando luz al retorno de las estampas por pertenencia.

Vuelven los logos y las referencias culturales y ancestrales que nos dan un sentido de pertenencia. Una pertenencia que nos inspira a sentir que todo tiene sentido y que nuestro lugar y mensaje están a salvo. 

Queremos hablar, sentirnos escuchad@s, pero desde el individualismo sabemos que eso no tiene peso. Por eso, buscamos retomar la unión a través de pareceres, costumbres, rituales, símbolos y hasta palabras específicas que nos representen en lo comunitario, en lo vincular.

De esta forma, las prendas inscriptas tanto a mano como desde el símbolo, se hacen notar cada vez más. Los logos nos identifican con el grupo de pertenencia, y para afianzar nuestra identidad individual, primero buscamos comprender nuestra identidad ancestral, de dónde venimos, qué traemos con ello, y qué de toda esa historia sentimos que nos representa…

De esta forma, comenzamos a discernir entre aquello que elegimos que nos pertenece en lo individual, y aquello que simplemente dejaremos como una huella de nuestra identidad.

Como tercera arista de esta tendencia, nos re-encontramos con la ironía conceptual que tanto añorábamos. 

Después de algunos años en que la ironía nos comenzó a parecer repetitiva y sin-sentido. Hoy, re-valoramos el juego discursivo, mejor dicho, el juego en todo sentido.

Gracias a esto, el juego a través de la palabra también puede manifestarse en este 2021.

Renace ese mensaje que tanto extrañábamos en la industria de la moda, un mensaje que juega con la ironía, un mensaje que exagera lo que rechaza para desestimarlo y hacerlo poco valioso e interesante. 

El atractivo a través de lo absurdo, a través de lo que nos descoloca, es un atractivo bien propio de un mundo en donde la sobre-información prima. Si hay algo que nos llama la atención, y nos deja pensando porque se sale de los ejes de lo obvio, lo conocido y lo esperado, entonces la comunicación cumplió su cometido… que ese mensaje tácito nos quede dando vueltas en la cabeza y queramos volver a verlo, analizarlo y usarlo.

Y ustedes, ¿con cuál de las tres opciones de la ropa que habla se sienten más identificad@s?

¿Pertenencia? ¿Ironía? ¿Revolución a gritos?

Posted by María Blardone. Comunicadora de moda y asesora de imagen, especializada en análisis y predicción de tendencias.

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